Lo que voy a decir es expresión de toda una población que se halla en el límite entre Valparaíso y Viña del Mar. En este lugar, en el que Recreo y Esperanza se dan la mano, viven personas que se sienten orgullosas de ser viñamarinos y porteños, respectivamente. Quizás si esta especie de "patriotismo" cerruno se deba a que se vive en una zona que, de uno u otro modo, hay que defender.
Lo más trágico del asunto es que, siendo el Cerro Esperanza parte del puerto, en la mayoría de los mapas turísticos no aparece. Algunos llegan hasta el Cerro Barón o, a lo sumo, Placeres.
Es como si Esperanza se hubiese caído del mapa. Sin embargo, esta omisión causa una seria tristeza en quienes, día a día, se declaran más porteños que muchos habitantes de otros cerros más centrales.
Y lo más paradójico es que la máxima autoridad porteña, el Alcalde, vive en el Cerro Esperanza.
A nombre de todos los esperancinos, exijo se les incluya en los futuros mapas o se cambiarán a Viña del Mar.