Años que el pequeño perro recorría, durante toda la jornada escolar, los tres patios del establecimiento. Siempre junto a los más pequeños, recibía de ellos no sólo sus caricias, sino también uno que otro pedacito de sus meriendas. Cuando los niños entraban a clases, se quedaba echadito junto a la puerta, esperando el nuevo recreo o la hora de salida. De pelo rubio, muy pequeño, de cortas patitas y unas orejitas que se doblaban en las puntas. Firulay tenía un andar gracioso y se había ganado el cariño de todos. Cada mañana, entraba por la puerta del Colegio como un alumno más. Pero lo más extraordinario es que cuando los niños se iban de vacaciones, él también se iba y no le veíamos hasta el inicio de un nuevo año escolar. ¿Dónde iba durante esos meses? Es parte del misterio de Firulay.
Este año, le esperamos a la entrada como todos los años..., pero no volvió. Quién sabe qué pasó con él. Quizás estaba muy viejo ya y prefirió morirse durante las vacaciones para no apenar a los niños.
Firulay, siempre te tendremos en el recuerdo de nuestros corazones.
4 comentarios:
Estimado Lucho,
Cuando los alumnos dejan el Liceo, estoy seguro que cada uno de ellos deja algún recuerdo muy especial en su profesor, especialmente las alumnas. Pero cuando nos deja un animalito regalón, que es como un níño juguetón que lo único que quiere es dar y recibir amor, entonces el corazón se nos parte a la mitad. Se lo que has sentido con la partida de Firulay, a mi me paso con Fröilan, una linda perrita chalchicha que hasta el día de hoy recuerdo con mucho cariño.
Para pasar las penas, te invito a que visites la siguiente dirección:
http://liceo2derecreo.blogspot.com.
Un fuerte abrazo para ti y Gaby.
Luchito, no ha sido nada. La conexión virtual es hoy tan necesaria como la espiritual. Por lo menos así lo siento yo.
No dejes de escribir. Se que todos quienes entramos al Blog del Liceo 2 de Recreo te están leyendo. 4ºA, 4ºC y 4ºD.
Otro abrazo,
Very pretty site! Keep working. thnx!
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