viernes, enero 01, 2010

Año nuevo en el mar


Valparaíso ha recibido un nuevo año. La noche se ha pintado de colores y reflejos dorados y de plata. La noche retumba con las bombas y petardos y las risas y gritos de alegría se entremezclan con los ladridos de los perros asustados.

En el puerto, el año nuevo se prepara con cierta antelación. Especialmente son las dueñas de casa las que se afanan en preparar una cena que deje felices a todos. En Chile, la mesa es el imán que atrae a amigos y enemigos, lugar en que las reconciliaciones pueden prosperar y las amistades se consolidan a fuego. Se ha ahorrado lo suficiente y más el aguinaldo, permite darse ciertos lujo en la mesa una vez en el año.

Chicos y grandes, burlando la normativa, se las ingenian para comprar cuetes y viejas, para ponerle sonido a la noche. Las luces del árbol de pascua se lucen a través de las ventanas. En la calle todo es jolgorio y amistad. Por lo menos una vez en el año, todos son amigos y las bromas son el pasaporte para una noche de paz y alegría.

La topografía porteña es un verdadero anfiteatro en el que el escenario es el mar. Por eso, todo el arsenal de fuegos de artificio se instala en balsas, ubicadas estratégicamente a lo largo del litoral. Primero, los abrazos y, luego, las sirenas de los barcos son el preámbulo del estampido de luces y sonidos que explosan entre risas y admiraciones.

Luego de veinte minutos, sólo quedan los aplausos y los mejores deseos para un año que ya se inicia.

Nuevamente se vuelve a la intimidad de la casa, a los suyos, al día a día. Un año se nos fue.

1 comentario:

franhilz dijo...

un año se fue... y otro llegó al tiro.
Felicidades!